Desde pequeños nos han vendido que la ingesta de cereales es necesaria para nuestra correcta alimentación. El más consumido es el trigo, pero lo que no nos han dicho es que, el que se comercializa actualmente, está tan alterado genéticamente que nada queda del que comían nuestros ancestros, y nuestro sistema digestivo no ha podido adaptarse a este cambio tan drástico. Esto ha derivado en la aparición de malas digestiones, reacciones alérgicas y agotamiento inmune como asma, resfriados frecuentes y problemas de piel.
¿Qué está pasando en el interior de nuestro organismo cuando
no se procesa bien el trigo? Como no
digerimos correctamente sus proteínas, se acumulan en el intestino actuando
como toxinas, destruyen nuestra flora intestinal y facilitan la proliferación de otra flora putrefacta y aún más
toxica.
¿Qué tiene que ver el gluten en todo esto? El 90% de la
proteína de trigo está formada por gluten, también conocido como el “enemigo
mocoso”. Es entrar en nuestro organismo y empezar a generar mocos por todas
partes y otros desastres:
- Congestión de las vías respiratorias (incómodo),
- Moco colónico (muy incómodo),
- Estreñimiento (incómodo nivel “Hoy no me hables o te
muerdo”),
- Desórdenes ginecológicos (dolor e hinchazón nivel Falete),
- Reacciones alérgicas como la celiaquía (y pasar a ser
esa/ese amiga/o rarita/o de tu grupo de amistades),
- Hígado graso (en según qué estadio, muy peligroso).
¿Te estás convenciendo ya de que a lo mejor tienes que reducir
el trigo de tu alimentación? Si aún tienes dudas, sigue leyendo, sigue,…
¿Has notado que hay épocas en las que, a pesar de dormir tus ocho horas y del café matutino que te pone las pilas, tienes menos vida que un zombie de The Walking Dead? ¿Por qué le pasa eso a tu cuerpo? Nuestro cerebro fabrica endorfinas, unos opioides naturales que generan un estado placentero y tienen un poder analgésico. Esto es bueno.
Recientes estudios han revelado la presencia de sustancias opioides en lácteos y productos con gluten. Esto no es nada bueno. Estas sustancias aumentan la permeabilidad de los intestinos, pasan a la sangre y provocan adormecimiento, lentitud y apatía. Afectan a los movimientos intestinales que regulan el tracto digestivo y generan estreñimiento crónico y, consecuentemente, una intoxicación generalizada del organismo. Y para acabar de fastidiarlo todo, ¡además generan adicción! El trigo es el Joffrey Baratheon de los cereales… ¿qué digo? ¡De todos los alimentos!
Empieza ya a sustituir en tu dieta diaria todos aquellos
alimentos hechos o que contengan trigo como la repostería y la bollería, el
pan, las pastas o el cuscús, por otras alternativas sanas y saludables a base
de maíz, quinoa, espelta, cebada, avena o amaranto. ¡Ya verás cómo empezarás a
sentirte mejor, más activa/o, menos hinchada/o y más guapa/o sin tener que
hacer un gran sacrificio!
¿Qué te ha parecido el post de hoy? ¿Tienes una inquietud y sed de conocimiento reprimidos de algún alimento, hábito de vida saludable, mito o terapia? ¿A qué esperas para pedirme que le dedique un post? Estaré encantada de diseccionarlo para ti y explicártelo de forma amena :)